Aunque parezca algo obvio: Lo confieso, no soy una máquina. Y la comida de hoy, sin quererlo, me viene muy bien para explicaroslo.
Hoy hemos comido macarrones con tomate (no casero, tomate frito de bote, de Mercadona), lomo de cerdo a la plancha y piña de postre.
Hemos tenido que salir por la mañana y hemos llegado a la hora de comer, así que he tenido que preparar algo corriendo, con el peque en brazos desesperado ya por comer, y la otra peque en la barriga, que ya empieza a pesar 😛
Y os preguntaréis por qué os cuento este rollo. Hoy me han llamado nada más y nada menos que “prepotente” por no contestar a un mensaje que me dejaron por Instagram. Es la primera vez que me pasa esto desde que tengo el blog, y la verdad es que me ha tocado la moral.
Ya me gustaría poder contestar a todas las madres que me escribís preguntando dudas, pero me es totalmente imposible, ya que a Instagram se le suman los mensajes en Facebook, en el blog y por email. Intento contestar a todos los que puedo, pero de verdad que no llego a todos. De verdad, lo siento si estás entre esas personas a las que no he podido contestar.
No estoy todo el día pegada al teléfono, tengo un peque que reclama mi atención a todas horas, más las cosas de casa, más otro proyecto que también me quita tiempo desde hace unas semanas, que nada tiene que ver con esto. Seguro que igual que muchas de vosotras.
El tiempo que tengo para dedicarle a esto es muuuuy limitado, y aún así, no quiero dejarlo a un lado, porque me gusta, y creo que al menos puedo ayudar a alguien con las cosas que publico.
Ea, ya lo he dicho 😛
Disculpad el tono tan serio de este post. No es lo normal en mí, ni por aquí ni en mi día a día 😉
Y gracias por estar ahí!!!