En nuestro destete nocturno ha tenido mucho que ver mi nuevo embarazo, y creo que en parte también ha ayudado el colecho. Mi peque (de 18 meses) lleva ya casi una semana sin tomar el pecho durante la noche, y cuando se despierta, que es bastante menos que antes, vuelve a dormirse sin el pecho.
Pero no ha sido de un día para otro. Nos ha tomado al menos un par de meses llegar a este punto, y en ese tiempo, muchas dudas, pruebas y vueltas atrás. Al principio me parecía algo imposible. Estaba acostumbrado a tomar el pecho para dormirse desde que nació. Sobre todo lo más importante para mí en este proceso ha sido que mi bebé no se sintiera solo. Siempre he estado ahí para consolarle y darle todo mi cariño, ya que era consciente de que para él no iba a ser fácil.
Cuando empezamos a buscar el segundo embarazo, pensé que sería un buen momento para intentar un destete nocturno. Hasta ese momento, mi bebé de 18 meses no había dormido nunca una noche del tirón (5 o 6 horas como máximo, 3 días como máximo desde que nació. Pero lo normal eran muchos despertares, tantos que perdía la cuenta). No quería ni imaginarme cómo podía ser pasar una noche de mil despertares, casi sin descansar, y además al día siguiente sumándole el cansancio de las primeras semanas de embarazo. Así que una noche decidí empezar. Digamos que en estos dos meses hemos tenido 3 etapas.
Ojo, lo que voy a contar es cómo lo hemos hecho nosotros, y lo que nos ha funcionado, en nuestro caso particular. Para nada digo que esto sea lo mejor, ni mucho menos. Lo cuento porque varias me habéis preguntado por este tema.
Etapa 1
Cuando se despertaba, me levantaba, lo cogía en brazos e intentaba dormirlo acunándolo. El primer día al ver que no le daba el pecho lloraba y se retorcía porque no quería ni los brazos. Intentaba calmarlo meciéndolo, hablándole y ofreciéndole agua, y después de unos minutos se calmaba. Sobre todo si estaba llorando, el beber agua era como una pausa. Bebía y se tranquilizaba.
Pero una vez que se había dormido, quedaba lo más difícil: volver a acostarlo y que no se despertara. Si se despertaba, vuelta a empezar. Y así en cada despertar.
Llegaba un momento, casi siempre sobre las 5 de la mañana, en el que ya me costaba más volver a dormirlo. Yo ya no podía más de cansancio, me podía llevar mínimo 30 minutos, a veces más, con el peque en brazos, y mi espalda se resentía. Así que a partir de ese momento, si se despertaba, le daba el pecho.
A los pocos días ya no lloraba y se volvía a dormir rápido en los brazos, pero seguía el problema de que al acostarlo se despertaba. Así estuvimos unas dos semanas, creo. Hasta que dije: basta, prefiero seguir dándole el pecho.
Etapa 2
Y eso hice, di marcha atrás y volví a ofrecerle el pecho cada vez que despertaba.
Entonces llegó el embarazo, a la primera! Y dije: Bueno, mientras pueda seguiré como estamos. Pero enseguida llegó la sensibilidad en los pechos. Me dolía (y me duele) cada vez que mamaba. Ya no eran sólo los despertares, sino que mientras él mamaba no podía yo dormir porque me molestaba. Así que volvimos a intentar el destete nocturno. Pero esta vez de forma diferente.
Etapa 3
Decidí no levantarme de la cama para cogerlo en brazos, sino intentar dormirlo de nuevo en la cama. Le ofrecía agua ahí mismo e intentaba calmarlo abrazándolo, dándole besos, acariciándolo. Si veía que no se calmaba, le daba el pecho. Así en todos los despertares. Primero intentaba calmarlo de otra forma, y si veía que no podía, le daba el pecho. Así fui quitándole algunas tomas durante la noche, hasta que por el mismo dolor que sentía al darle de mamar, ya decidí quitárselo por completo. Si veía que no se calmaba y me lo pedía, le decía que las tetitas de mami estaban malitas, a mami le dolían, y que tenían que descansar. En un primer momento lloraba, claro, y no quería ni que le tocara para acariciarle. Pero me di cuenta de que si lo abrazaba y lo tumbaba con la cabeza encima de mi pecho se volvía a dormir, a lo mejor sólo con el olor que percibía. Y más rápido de lo que pensaba lo asimiló. Tan rápido como que hoy, sólo 5 noches después, sólo con beber agua ya vuelve a acostarse él solo y a dormirse. Sin llorar y sin nada. Y si no, basta con acurrucarlo o tumbarlo en mi pecho y se vuelve a dormir. Además de que sólo se despierta un par de veces, y está durmiendo hasta 6 o 7 horas seguidas! No sé si ha sido casualidad o está relacionado con el destete.
Pensaba que intentar un destete nocturno haciendo colecho iba a ser más difícil, pero en mi caso creo que ha sido un punto a favor, ya que estoy ahí cerquita para atenderle en cuanto se despierta.
A día de hoy, sólo toma el pecho una vez al día, para quedarse dormido después de la cena. Por el día se destetó el solo, dejó de pedirlo. Por el momento vamos bien así. Me sigue doliendo, pero al ser sólo ese momento en todo el día, es algo soportable. Además de que me da pena quitárselo del todo, a pesar de las molestias sigo disfrutando mucho de ese momento del día, y lo aprovecho al máximo. Pero bueno, ya iremos viendo cómo avanzan los días, y la barriga 😉
En mi caso, la sensibilidad en los pechos ha sido lo que me ha “obligado” a destetarle. Porque cuando no tenía ninguna molestia era más fácil acabar dándole el pecho. Eso ha sido lo que me ha hecho ponerme más firme conmigo misma. Si no hubiera sido por eso, probablemente seguiríamos como antes.
Bueno, y esta ha sido nuestra experiencia. Ya sabéis que cada bebé reaccionará de una forma y cada caso y cada familia es diferente. Yo estoy muy contenta porque por fin podemos descansar todos mejor! 🙂
Nota: Conozco el método Padre para el destete, que consiste en que le atienda papá en lugar de mamá, pero en nuestro caso no era posible, ya que papá tenía que madrugar para trabajar.