Para el peque, el pan, la hamburguesa de ternera y guacamole que le he hecho con aguacate aplastado con el tenedor y tomate picadito. Luego cuando estaba montada la he aplastado un poco en la sartén para que quedara más finita y la cogiera mejor.
La hamburguesa de ternera la hice con carne picada, huevo, ajo y perejil picados, pan rallado, pizca de sal y comino.
Hoy para comer, al final hice una lasaña de espinacas y pollo, que quedó riquísima, y de postre piña.
Le ha costado mucho probar la lasaña, pero al final le ha gustado! Jajaja. Se la serví cortada para que pudiera comerla bien con el tenedor, y claro, se veía toda deshecha. Cuando vio el plato se echó para atrás y quería pinchar de mi trozo que estaba completo. Así que corté toda mi porción igual que la suya para que viera que era lo mismo. Ok! Primer obstáculo superado. Luego empezó a pinchar con el tenedor en mi plato, moviendo e inspeccionando a ver que había. Luego se lo fue acercando a la boca, con desconfianza, y sacando la lengua para probarlo. Cada vez iba probando más hasta que se metió el primer bocado en la boca. Y cuando se convenció de que estaba rico y que su madre no pretendía darle caca para comer, entonces se lo comió jajajajaja! Ha sido gracioso observarle 🙂
Creo que es importante que vean que nosotros también comemos lo mismo. Es más, hoy ha comido más de mi plato que del suyo 😛
La piña la tenía en el congelador. La compro natural, la corto y la guardo ya cortadita y la voy sacando poco a poco, para que no se me estropee. Al peque le encanta!
La receta de la lasaña os la cuento en otro post 😉
Hoy tocó puchero. De primero, el caldo con fideos y zanahoria, y de segundo unas bombas de patatas hechas también con los avíos del puchero. Se aprovecha todo!
El peque hoy ha preferido las bombas, se ha comido una y media, y un poco de los fideos. Se hacen muy fácil!
Como ya sabéis, el puchero es un caldo que se hace con verduras, huesos y carnes. Cuando ya está listo, se separa cada cosa por un lado.
En un plato, trituré con un tenedor la patata y 1 de las zanahorias con las que hice el caldo. Lo metí en la nevera para que se enfriara. Mientras, desmenucé las carnes, de pollo y ternera, y aparté un poco para las bombas (el resto lo usaré para hacer croquetas). A la carne desmenuzada le añadí un poco de tomate frito. Cuando ya estuvo fría la patata machacada, empecé a formar las bombitas. Se hace una bola con el puré de patata, se aplasta en la mano y se pone en el centro un poco de la carne con tomate. Luego se cierra formando de nuevo una bolita. Se pasa por huevo y pan rallado y se frie en una sartén con aceite de oliva. Muy ricas!! 😉
Se podrían meter también en el horno si no se quieren hacer fritas, para bebés más pequeños.
Hoy hemos probado el babero-mantel en la mesita y silla a su altura. Ha ido mejor de lo que pensaba! Sólo se ha levantado de la silla una vez, y antes de que se levantara se lo quité. Luego volvió a sentarse, se lo volví a colocar y ya cuando acabó de comer me pidió que se lo quitara 🙂
La verdad es que lo estoy usando mucho más de lo que pensaba! Todas las mañanas se come él solo el yogur del desayuno sentado en la trona, con la cuchara, y si se le cae algo lo coge él solo del babero jejeje
Hemos comido espaguetis a la boloñesa, y de postre fresas. Los espaguetis se los corto para que le sea más fácil comerlos 😉 podeis ver más en Snapchat!
Hoy para comer he hecho este arroz con pollo, que ha quedado… Mmmmmmm! Sólo os digo que también le ha encantado al papi, que tiene un gusto bastante selecto jajaja 😛
La receta es parecida a una que ya subí aquí en el blog, y está en el segundo ebook de recetas, pero con alguna diferencia. Os cuento cómo lo hice.
En un wok puse a sofreir en aceite de oliva virgen extra 1/2 cebolla, 1 diente de ajo y 1/2 pimiento rojo. Cuando estuvo blandito, añadí un tomate rallado y dejé cocinar un poco. Añadí media taza de agua y trituré todo (lo trituré para que tanto el peque como el papá no apartaran la verdura jijiji). Añadí una pechuga de pollo troceda, una cucharada de tomate frito y dejé cocer un poco. Añadí 1 taza de arroz y 1 y 1/2 taza de agua, pizca de sal, 1/2 cucharadita de cúrcuma y 1 hoja de laurel. Tapé y dejé cocinar a fuego medio removiendo de vez en cuando hasta que estuvo hecho el arroz. Si hace falta se puede ir añadiendo un poco más de agua.
Quitando la sal, se puede dar a partir de los 6 meses, siempre que se hayan introducido ya todos los ingredientes por separado 😉
Os acordáis hace unos meses cuando os contaba que las lentejas se me daban fatal? Nunca les pillaba el punto.
Bueno, pues a mi peque le gustaban. Y ahora que me salen mucho mejor no las quiere! Jajaja en fin…
Las ha probado, un par de cucharadas, y ha soltado la cuchara y me ha dado el plato para que lo llevara a la cocina (es lo que hace siempre cuando ya no quiere más). Lo he dejado un ratito a ver si le daba por comer más, pero nada. Al final le he puesto un plato de arroz con tomate y se lo ha zampado entero 😛
Igual antes no quería las cremas de verduras y ahora sí. Una de cal y otra de arena 🙂 tiempo al tiempo!
Hoy para comer hemos tenido crema de calabacín con quesitos + dados de merluza rebozados + sandía.
La crema lleva un puerro, una patata, dos calabacines, agua y 6 quesitos tipo del caserío. Primero se corta el puerro en rodajas y se sofrie en un poco de aceite de oliva virgen extra. Luego se le añade la patata y los calabacines cortados en trozos, se cubre con agua y se deja cocer hasta que estén blanditos. Se añaden los quesitos y se tritura todo. Le puse también pizca de sal, pimieta negra y nuez moscada. Buenísima!! Para menores de 12 meses omitir los quesitos y la sal.
Los dados de merluza los pasé por una mezcla de huevo y harina y luego los freí.
Se comió la sandía y la mitad de la crema (hoy se me fue la mano y le serví más de la cuenta :-P). El pescado lo probó y lo dejó.
En nuestro destete nocturno ha tenido mucho que ver mi nuevo embarazo, y creo que en parte también ha ayudado el colecho. Mi peque (de 18 meses) lleva ya casi una semana sin tomar el pecho durante la noche, y cuando se despierta, que es bastante menos que antes, vuelve a dormirse sin el pecho.
Pero no ha sido de un día para otro. Nos ha tomado al menos un par de meses llegar a este punto, y en ese tiempo, muchas dudas, pruebas y vueltas atrás. Al principio me parecía algo imposible. Estaba acostumbrado a tomar el pecho para dormirse desde que nació. Sobre todo lo más importante para mí en este proceso ha sido que mi bebé no se sintiera solo. Siempre he estado ahí para consolarle y darle todo mi cariño, ya que era consciente de que para él no iba a ser fácil.
Cuando empezamos a buscar el segundo embarazo, pensé que sería un buen momento para intentar un destete nocturno. Hasta ese momento, mi bebé de 18 meses no había dormido nunca una noche del tirón (5 o 6 horas como máximo, 3 días como máximo desde que nació. Pero lo normal eran muchos despertares, tantos que perdía la cuenta). No quería ni imaginarme cómo podía ser pasar una noche de mil despertares, casi sin descansar, y además al día siguiente sumándole el cansancio de las primeras semanas de embarazo. Así que una noche decidí empezar. Digamos que en estos dos meses hemos tenido 3 etapas.
Ojo, lo que voy a contar es cómo lo hemos hecho nosotros, y lo que nos ha funcionado, en nuestro caso particular. Para nada digo que esto sea lo mejor, ni mucho menos. Lo cuento porque varias me habéis preguntado por este tema.
Etapa 1
Cuando se despertaba, me levantaba, lo cogía en brazos e intentaba dormirlo acunándolo. El primer día al ver que no le daba el pecho lloraba y se retorcía porque no quería ni los brazos. Intentaba calmarlo meciéndolo, hablándole y ofreciéndole agua, y después de unos minutos se calmaba. Sobre todo si estaba llorando, el beber agua era como una pausa. Bebía y se tranquilizaba.
Pero una vez que se había dormido, quedaba lo más difícil: volver a acostarlo y que no se despertara. Si se despertaba, vuelta a empezar. Y así en cada despertar.
Llegaba un momento, casi siempre sobre las 5 de la mañana, en el que ya me costaba más volver a dormirlo. Yo ya no podía más de cansancio, me podía llevar mínimo 30 minutos, a veces más, con el peque en brazos, y mi espalda se resentía. Así que a partir de ese momento, si se despertaba, le daba el pecho.
A los pocos días ya no lloraba y se volvía a dormir rápido en los brazos, pero seguía el problema de que al acostarlo se despertaba. Así estuvimos unas dos semanas, creo. Hasta que dije: basta, prefiero seguir dándole el pecho.
Etapa 2
Y eso hice, di marcha atrás y volví a ofrecerle el pecho cada vez que despertaba.
Entonces llegó el embarazo, a la primera! Y dije: Bueno, mientras pueda seguiré como estamos. Pero enseguida llegó la sensibilidad en los pechos. Me dolía (y me duele) cada vez que mamaba. Ya no eran sólo los despertares, sino que mientras él mamaba no podía yo dormir porque me molestaba. Así que volvimos a intentar el destete nocturno. Pero esta vez de forma diferente.
Etapa 3
Decidí no levantarme de la cama para cogerlo en brazos, sino intentar dormirlo de nuevo en la cama. Le ofrecía agua ahí mismo e intentaba calmarlo abrazándolo, dándole besos, acariciándolo. Si veía que no se calmaba, le daba el pecho. Así en todos los despertares. Primero intentaba calmarlo de otra forma, y si veía que no podía, le daba el pecho. Así fui quitándole algunas tomas durante la noche, hasta que por el mismo dolor que sentía al darle de mamar, ya decidí quitárselo por completo. Si veía que no se calmaba y me lo pedía, le decía que las tetitas de mami estaban malitas, a mami le dolían, y que tenían que descansar. En un primer momento lloraba, claro, y no quería ni que le tocara para acariciarle. Pero me di cuenta de que si lo abrazaba y lo tumbaba con la cabeza encima de mi pecho se volvía a dormir, a lo mejor sólo con el olor que percibía. Y más rápido de lo que pensaba lo asimiló. Tan rápido como que hoy, sólo 5 noches después, sólo con beber agua ya vuelve a acostarse él solo y a dormirse. Sin llorar y sin nada. Y si no, basta con acurrucarlo o tumbarlo en mi pecho y se vuelve a dormir. Además de que sólo se despierta un par de veces, y está durmiendo hasta 6 o 7 horas seguidas! No sé si ha sido casualidad o está relacionado con el destete.
Pensaba que intentar un destete nocturno haciendo colecho iba a ser más difícil, pero en mi caso creo que ha sido un punto a favor, ya que estoy ahí cerquita para atenderle en cuanto se despierta.
A día de hoy, sólo toma el pecho una vez al día, para quedarse dormido después de la cena. Por el día se destetó el solo, dejó de pedirlo. Por el momento vamos bien así. Me sigue doliendo, pero al ser sólo ese momento en todo el día, es algo soportable. Además de que me da pena quitárselo del todo, a pesar de las molestias sigo disfrutando mucho de ese momento del día, y lo aprovecho al máximo. Pero bueno, ya iremos viendo cómo avanzan los días, y la barriga 😉
En mi caso, la sensibilidad en los pechos ha sido lo que me ha “obligado” a destetarle. Porque cuando no tenía ninguna molestia era más fácil acabar dándole el pecho. Eso ha sido lo que me ha hecho ponerme más firme conmigo misma. Si no hubiera sido por eso, probablemente seguiríamos como antes.
Bueno, y esta ha sido nuestra experiencia. Ya sabéis que cada bebé reaccionará de una forma y cada caso y cada familia es diferente. Yo estoy muy contenta porque por fin podemos descansar todos mejor! 🙂
Nota: Conozco el método Padre para el destete, que consiste en que le atienda papá en lugar de mamá, pero en nuestro caso no era posible, ya que papá tenía que madrugar para trabajar.
Hoy para comer, arroz con pollo en salsa, y de postre naranja.
Esta salsa, al llevar pocos ingredientes, es una buena opción desde los 6 meses. Además se hace muy fácil y rápido. Se corta una cebolla en juliana y se pone a sofreír con un poco de aceite de oliva. Cuando toma un color tostado, se le añade media cucharada de harina de trigo y se cocina unos minutos. Se le añade un chorrito de agua y se tritura todo. Luego ponemos dentro una hoja de laurel, y la pechuga de pollo teoceado y dejamos que se cocine. También se puede hacer el pollo aparte y luego ponerle la salsa por encima.
A mi peque le encanta! El pollo se lo desmenucé para que lo comiera todo mejor con la cuchara.