Se puede ser más feliz con una arepita? 😀
Se pasa mal cuando ves que no quiere comer nada, y te hace tener mil dudas, pero luego pasa. Y cómo disfruto viéndole comer así!
Hay quien dice que no se les debe dejar jugar con la comida, pero la verdad es que mantener a un niño pequeño sentado un rato comiendo y sin jugar… Me parece normal que se aburra pronto!
Yo le dejo que juegue, y entre juego y juego que coma feliz, tranquilo y a su ritmo. Coge la comida, la suelta, la saca del plato, la vuelve a meter, hace como que cuenta los trozos (“doooooo teeeeee” el uno todavía se le resiste :-P) me pone caras, hacemos muecas, nos reímos… Y mientras tanto, va comiendo. Entre juegos le animo a usar los cubiertos, pero si no los usa tampoco pasa nada. Poco a poco. Ya también aprendió a darme a mí lo que no quiere en vez de tirarlo al suelo.
La otra opción sería sentarlo, ponerle la comida, y estar todo el rato diciéndole No, No y No. El resultado: que se harte y no quiera comer. Que no creáis que no lo he probado, y por eso precisamente me quedo con la otra forma 🙂
Entiendo que para esto hay que tener tiempo y paciencia. Y sobre todo no pretender que se comporte como un adulto cuando tiene poco más de un añito. Así que, tranquilidad y a disfrutar del momento, que crecen en nada!! Que ensucien es lo de menos.
Ah, que se me olvidaba! La comida ha sido arepa rellena de queso y revuelto de tomate con cebolla y huevo, aguacate y uvas de postre.