Este fin de semana he aprovechado que el peque se quedaba a ratitos con su papi para cocinar e ir guardando en el congelador. La verdad es que es comodísimo tener algo de comida preparada y lista para cuando hay prisas, que es casi siempre 😛
Un día a la semana te llevas varias horas cocinando, pero luego entre semana ahorra mucho tiempo. Primero, porque sólo tienes que sacar y descongelar, y completar el plato con algo hecho en el momento, y luego porque se ensucia mucho menos en la cocina, lo que se traduce en menos tiempo para recogerla. No hay cosa que odie más que recoger la cocina :-/
He dejado preparadas hamburguesas de pavo y calabaza, de ternera y brócoli, salsa de tomate y pan (esta vez lo hice de una forma diferente a la receta que tengo subida, y ya habéis visto que no quedó del todo bien jajaja pero la idea es congelarlo también).
Algunos tips que tengo en cuenta a la hora de preparar comida para congelar son éstos:
– Cocinar bastante cantidad. Si preparamos algo que nos lleva mucho tiempo, lo ideal es hacer suficiente cantidad para que tengamos para varias veces.
– Tamaño de los envases. Procuro usar envases con el tamaño justo para lo que quiero guardar, así ocupan menos espacio dentro del congelador, y caben más cosas. Las bolsas de congelación son muy útiles, porque ocupan sólo el espacio necesario, y para guardar por ejemplo las hamburguesas, vienen muy bien. También podemos usar cubiteras para guardar porciones de salsas, purés o caldos, o utilizarlas para formar bolsitas con papel de cocina transparente. En el vídeo de más abajo podéis ver cómo.
– Salsas por separado y en porciones pequeñas. Si preparamos salsas y las congelamos por separado, luego tenemos muchas opciones para combinar. Por ejemplo, si hacemos salsa de tomate, o “salsita marrón“, y lo guardamos en porciones pequeñas, luego sólo tenemos que descongelar y echarla sobre lo que hayamos preparado ese día, ya sea carne, pasta… Podemos hacer lo mismo con la compota de manzana, por ejemplo, para echarla sobre las tortitas del desayuno o la merienda.
– Carnes sin hacer. La carne una vez descongelada no es recomendable volverla a congelar, a menos que ya esté cocinada. Por lo tanto, si compramos la carne, la congelamos y luego la descongelamos para hacer hamburguesas, no deberíamos volver a congelarlas, a menos que estén hechas. Así que lo mejor es, una vez comprada la carne fresca, preparar las hamburguesas y congelarlas sin hacer. Luego sólo tenemos que sacarlas y pasarlas por la plancha. Además, si compráis por ejemplo pechuga de pavo o pollo, la podéis guardar cortada ya en filetes, palitos, cubos… Separados cada uno con papel transparente, así luego podéis ir sacando de a poco.
– Etiquetar. Es importante etiquetar todo lo que congelamos, poniendo en cada envase o bolsa lo que contiene (me ha pasado varias veces de tener cosas en el congelador que no sabía lo que eran :-/), y la fecha en la que se congeló, así podremos ir sacando primero lo que lleva más tiempo. Hace unos días os conté lo que uso para etiquetar los envases: cinta de carrocero y un rotulador permanente 😉
– Congelar caldo. Si hacemos un caldo de pollo con verduras, el caldo sobrante podemos guardarlo para otras recetas.
– Congelar verdura ya cortada. Ésto no lo he hecho nunca, pero es una idea para ahorrar más tiempo aún.
Y ésto es todo. Espero que os sea de ayuda!!! 🙂
Y vosotros, tenéis algún truco a la hora de preparar comida para congelar?
Nosotros escaldamos la verdura antes de congelarla.